jueves, 24 de septiembre de 2009

Opuestos primordiales

Si reflexionamos sobre el contraste, nos encontramos que en el centro se complementan los extremos y que estos surgen como los pares opuestos primordiales de la vida; luz-sombra, día-noche, tristeza-alegría, cobardía-valentía, avanzar-retroceder, sufrir-disfrutar, dulce-amargo, caliente-frío, etc, mientras más extensa la gama de los contrastes mayor el rango en que el ser humano se experimenta y se expresa.

Cada extremo existe sustentado por el otro, y ambos son posibles en el propio contraste que los une, polos opuestos se atraen, atracción no es otra cosa que magnetismo y magnetismo es análogamente lo que conocemos por amor, entonces no existe lo malo en ninguno de ellos.

El universo se manifiesta y se realiza en sus partes, todas fluyendo “amorosamente” en un flujo electromagnético que sostiene el todo desde su centro. Variedad infinita de colores y movimientos lo conforman en una belleza suprema y sublime. No hay un negro mejor que un blanco y de ambos se nutre la tonalidad que es igualmente infinita y bella.

¿Dónde está el problema entonces?
Solo en la mirada humana que ha visto y suscitado dificultad en el color y la raza. Blancos, negros y amarillos fusionándose en tonalidades de exquisita variedad no son más que una sinfonía de cualidades y tonos que enriquecen la vida planetaria.

La gama de colores y juegos de luz y sombra son la herramienta primordial para el artista, y la infinita variedad cromática se encuentra impresa en la naturaleza, en ella nada es excluyente o desechable. La sombra es el fondo para la luz, de ese modo se hace visible, en la diferencia y contraste, de modo que no hay una buena obra pictórica que prescinda de la oscuridad.

Vivir pretendiendo excluir la oscuridad o atacarla es negar nuestra propia realidad, es nuestro mayor tropiezo, ocultarnos tras una máscara que nos asfixia y nos imposibilita la auto-estima y la compasión.

Formamos parte del entorno y nuestra humanidad se manifiesta en la forma dentro de un campo de energía variable, conformado por el planeta y todo lo que hay en el. Podemos jugar con la luz y oscuridad a gusto y también podemos matizar nuestra obra con todas las tonalidades posibles, pero excluir uno de los polos es imposible, solo podemos integrar.

Es innegable que la mente del Hacedor Supremo se haya implícita en cada obra suya, por tanto el ser humano es una obra suprema y contiene todo el potencial de ésta. Tiene en sí el germen creativo divino, el que puede desplegar en su propia creación.

La oscuridad y la luz han complementado el diseño floreciendo en ciclos de crecimiento y evolución de un ser humano que duerme y despierta sucesivamente, a su propia verdad, a través de milenios de historia.

Nos hemos desplazado entre los opuestos evaluando el recorrido. Se avanza imprimiendo vida a cada paso. Vida y muerte, dolor y placer son los extremos que nos sostienen y empujan. Cada momento es una hoja en blanco en donde imprimir sentimiento, vibración y nota. Páginas que se suman a un sentir social, cultural, planetario y universal co-creando partes que escriben una historia común y fruto para el todo. Un todo que integra a cada uno en el festín, donde todos prueban el bocado, unidad que recicla y desarrolla su evolución.

La evolución universal es la sinfonía de un creador primigenio, omnipresente, omnipotente y omnisciente. En ella los pares de opuestos son la pauta en donde el hombre escribe sus notas.

Ciclos y ciclos de experiencia humana, cada uno componiendo su melodía de extremo a extremo. Nos estrellamos en la trama para transmutar y reciclar energía poniendo a prueba los propios límites en un descubrimiento eterno.

Nada se pierde “el todo” lo renueva, lo recompone, lo sintoniza invariablemente, aprendizaje valioso de una carrera sin tiempo. El valor sostiene al temor impregnando al Ser con el contraste que descubre paso a paso y en donde se revela la profundidad infinita de su alma.

Aceptamos poco a poco el contraste, pero la oscuridad y su reino siguen siendo un extremo inaceptable. Si a mayor variedad de tonos mayor belleza y riqueza creativa, entonces lo oscuro y tenebroso, inmerso en penumbras densas y hostiles, sostienen la luz de una conciencia sublime.

Negativo y positivo se equilibran en un punto intermedio muy difícil de encontrar y graduar. Es la belleza de la perfección suprema, en donde la integración es punto clave del ser humano que se experimenta, crece y desarrolla en sucesivos ciclos de un itinerario conocido por su corazón.

Por Marisol Stevens

jueves, 17 de septiembre de 2009

La energía y su verdad

Cada vez se da más énfasis a la energía, y su relación con el cuerpo y la salud. Es innegable que el cuerpo se comunica y transmite lo que siente a través de la energía que irradia, la misma que algunos denominan aura y que incluso ha sido fotografiada con la técnica Kirlian. Esta ha sido una herramienta útil para verificar la energía que irradiamos proporcionándonos una visión más integrada de nosotros mismos. Se ha puesto en evidencia que el color de nuestra energía cambia de acuerdo al estado de salud, tanto física como emocional.

Poco a poco intuimos que nuestro campo energético se ensucia si colapsamos y nos deprimimos, y ello nos lleva a cuadros de mala salud.

Muy similar a lo que se ha descubierto sobre la molécula del agua y su comportamiento frente a diferentes emociones y sentimientos, y es que los sentimientos y emociones también son energía, y es la que electrifica el agua cargando en ella el tipo de energía que acompaña nuestros sentimientos, sea positiva o negativa, y no olvidemos que dos tercios de nuestro cuerpo contienen agua.

Los estudios de las últimas décadas han facilitado el auto conocimiento proporcionando una imagen más amplia de nuestra realidad de ser. Se han descubierto campos que son verdaderos contenedores de los cuerpos físicos y que a su vez son captadores de ondas electromagnéticas que influyen directamente en la mente humana y su sistema neurológico.

Sabemos ahora que el hombre es un ser electromagnético muy sofisticado que se alimenta de una energía fuente. Sabemos también que el sol, es nuestra fuente de vida, que con sus ondas electromagnéticas es alimento de sistemas neuronales y eléctricos de todo organismo vivo en el planeta.

Todo esto nos obliga a replantear los poderes y capacidades de la mente, descubrimos cómo nos afecta la electricidad y los campos magnéticos, pero más importante, que podemos polarizar esa energía entrante en algo mejor que el entorno, que podemos actuar concientemente en nuestro interno devolviendo mas luz al exterior.

Surgen con ello distintas corrientes filosóficas, y es que nos hemos dado cuenta que somos energía y que por lo tanto afectamos y somos a su vez afectados por la energía que nos circunda.

Entonces podemos optar por ser más activos y elevar la energía propia, para así, dejar de contaminar y ser piedras de tropiezo sin autocontrol.

Trabajando con nuestra energía interna e irradiando algo mejor al exterior afectamos la energía que nos envuelve y contiene el todo, con ello surgen sanadores que, utilizando sus manos como catalizadoras de la energía cósmica, restauran la armonía de sus pacientes polarizando su campo electromagnético, vale decir su aura, y muchos más que emplean aroma, gemas, música y otros con el mismo fin.

Si somos a imagen y semejanza de un Padre Arquetipo poseemos infinitos poderes y virtudes legadas por ÉL, pero si no tenemos conciencia de poseerlos no podemos activarlos.

Un hecho que refleja esta realidad es que poseemos un cerebro (indescifrable aún) del que apenas utilizamos un diez por ciento de capacidad y que es, en definitiva, el motor de pensamientos que afectan nuestro campo y la frecuencia que sintoniza.


Entonces cada vez que pensamos movemos energía que activa un mecanismo de creación. Todo pensamiento es una causa, sin embargo hemos subestimado su poder, divagando libremente, sin tomar control del arma más poderosa que poseemos hemos llegado a instancias muy dolorosas para la humanidad, y todos hemos aportado una cuota en ello.

Creemos que circunstancias negativas son el resultado de causas externas, sin tomar conciencia, que son los propios pensamientos personales quienes traen incorporados resultados físicos, y que, aun cuando no sean expresados por medio del lenguaje, conforman un campo a la medida atrayendo energías similares por resonancia magnética que tarde o temprano se manifestará en la vida de su creador.

Si el hombre puede pensar ilimitadamente también puede imaginar y crear a su antojo, sin embargo no puede imprimir la idea de inmediato en el plano físico pues éste se emplaza en un marco de tiempo.

El pensamiento creativo por lo tanto tiene que desarrollarse dentro de un plan que facilite su realización óptima y este plan perfecto y armónico nace de una mente generosa y un corazón humilde.

Un pensamiento conectado con el sentimiento correcto pulsa la clave que legó Cristo haciéndolo aún más poderoso y abundante en su realización.

Al igual que los pensamientos, las emociones originan actos creativos que conforman vida, hechos, circunstancias y obras de cada cual, y que la gran mayoría ve como fortuitas. Culpando a las circunstancias, por todo lo que vive, el individuo no sabe que es el resultado de una elección personal hecha en una mente disociada de su verdadero Ser.

El pensamiento de amor u odio activa cada acción, origen causal de toda expresión del hombre. Cayendo voluntariamente en una corriente circular somos dominados por las propias aguas, y aunque creadores de ellas, al vivenciarlas internamente nos volvemos incapaces frente a un poder que consideramos fortuito.


El torrente de dificultades y penas es producto de sentimientos negativos y ciegos que detonan creaciones físicas y emocionales igualmente negativas, cada sentimiento se plasma en el campo magnético del individuo que lo genera sintonizando su misma frecuencia, esto es, atrayendo situaciones que le proporcionen más de lo mismo.

Esto es la explicación científica de la doctrina del pecado y el castigo, no existe tal castigo, se cree en él y se lo experimenta como tal, pero en verdad es solo resultado de sentimientos y acciones adversas que nos mantienen atrapados en una rueda invisible.

Hemos estado negativos y miedosos por mucho tiempo, hemos entregado nuestros sueños y deseos “verdaderos” a la masa, porque con su campo energético nos contaminó y no sabemos que activando una mente positiva podemos alcanzar el cielo.

Negar los sueños atrofió la mente creativa y arriesgada. Un corazón joven ama, lucha y cree de verdad porque aún no está contaminado por el sentimiento de masa.

Sentimiento, pensamiento, idea, palabra y obra, conforman la cadena de creación, y cada creación es personal. Tomar conciencia de ello es renacer y despertar el gen divino.

Por Marisol Stevens

martes, 1 de septiembre de 2009

Ser humano

Evolucionar para volvernos individualistas y separados, no es una idea inteligente, ser humanos es nuestro ideal.

Ser humano no es algo fortuito, es algo que se conquista desde el alma, considerando por alma la conciencia de sí que lo conecta con el todo.

Si el individuo es una parte del todo contiene en sí mismo todo lo que anhela conocer en el exterior que habita, por tanto, todo lo que ven sus ojos contiene alma, que es, la parte inteligente individual del todo lo que es. En definitiva, el alma puede ser vista como la inteligencia primigenia inherente a todo organismo del plano material o energético que conocemos.

El todo universal solo es posible por una integración de sus partes, cada una sujeta a un orden inteligente que sostiene su movimiento evolutivo y que, independiente de su diversidad, sincronizan en una pulsación continua de energía que se funde armónicamente en experiencia de Ser en la totalidad. Entonces el hombre solo puede conocerse integrándose a esa totalidad, encontrando el sentido del todo en sí mismo.

Para buscar en nuestros sí mismos y encontrar algo más que un organismo físico-biológico debemos dirigir la atención a la propia conciencia de ser a través de un mecanismo de auto-observación.

Podemos utilizar cualquier disciplina que nos acomode, mientras ésta nos aquiete y nos facilite la reflexión y un estado alerta que evidencie los pensamientos, actitudes y actos que vivenciamos cada día. Poco a poco llegaremos a diferenciar la voz esencial de la voz del intelecto y por fin comprenderemos la dualidad.

La era moderna rechazo la espiritualidad y separo la ciencia de la religión, como un modo de proteger, del poder de la iglesia, los avances científicos y tecnológicos, sin embargo este hecho ha causado una fragmentación en el individuo, que aisló la mente del todo que lo compone, incluyendo su ser espiritual.

Por este motivo, hemos desarrollado una mente materialista e inferior, sin poder acceder a los niveles superiores de nuestro ser y aunque ha facilitado el avance tecnológico, Los científicos han buscado solo en la materia las respuestas a verdades eternas, que si bien rigen la materia, están por sobre ésta.

En el proceso se perdió la conciencia del todo que la integra. Separados, o creyendo estar separado, de la creación que conformamos, nos ha sido muy difícil dilucidar la compenetración que existe entre el universo manifiesto y la vibración correcta de cada órgano y sus funciones en nuestro cuerpo y en todo organismo existente en nuestro plano de expresión. No hemos comprendido que el pulso del universo es nuestro propio pulso, y que todo movimiento de éste repercute irremediable en cada uno, como la parte que somos del gran todo cósmico.

Es fundamental re-descubrir la esencia personal y la relación con el mundo que nos contiene. Sin separar lo corporeo de lo incorporeo ni los átomos de las células, porque lo uno conlleva lo otro. No hay flujo creativo posible que no contenga alma que lo manifieste.

Por Marisol Stevens